Hoy la ciudadanía española debe refrendar la apuesta por el futuro y dejar atrás el oscuro fantasma del pasado que pretende instaurar PP y VOX con sus propuestas de otro siglo
Todas las elecciones son importantes. Los comicios son el sumun de la democracia. Un derecho obtenido por nuestros antepasados con sangre, sudor y lágrimas. Es el ejercicio de libertad más importante que conocemos.
Pero si a lo largo de la breve historia de la democracia de España ha habido un proceso determinante y con una trascendencia fundamental, creo que en el que nos encontramos se encontrará en el top 3 de todos los procesos electorales que hemos tenido en nuestro país.
Avanzar o retroceder
Hoy nos jugamos mucho, casi demasiado. En un estado mundial donde la ultraderecha se ha rearmado de la mando de las derechas tradicionales, quienes han estado alimentando constantemente a estas minorías hasta hacerlas tomar cierto tamaño, es necesario crear un dique de contención.
Y en esas España juega un papel fundamental por su importante papel en la política europea. Nuestro país debe alzarse como ese cordón sanitario contra la ultraderecha representada aquí por VOX y PP. Y no me equivoco, incluyo a PP en la ecuación, porque los conservadores nacionales son más ultraconservadores de lo que afirman en público.
El PP se ha convertido en la fuerza política europea que, disfrazada con el manto de la moderación, más ha propiciado y auspiciado el crecimiento de la ultraderecha en nuestro país. Se ha dedicado a proporcionar el sustento necesario, incluso aportando cuadros de mando, a la ultraderecha de VOX.
No olvidemos que una inmensa mayoría de cargos actuales de VOX han sido hasta hace muy breve tiempo importantes miembros de los organigramas del Partido Popular.
Hay un detalle fundamental en VOX que les hace distintos de una gran mayoría de partidos de ultraderecha, y es que no nacieron como un partido independiente con una ideología concreta, sino que son una escisión del Partido Popular, de ahí sus profundas coincidencias ideológicas.
Así las cosas, parece evidente que en la votación de hoy, con los resultados que conoceremos cerca de la media noche y que marcaran el futuro de España, sabremos si seguimos avanzando con un gobierno progresista, o haremos un viaje al pasado, al peor recuerdo de nuestra joven democracia.
España no se puede permitir el lujo de dar un paso atrás
Nos jugamos mucho. En estas elecciones está en juego el consolidar los grandes avances sociales conseguidos en esta legislatura. En los cinco años más tormentosos que se recuerdan en décadas con una pandemia, un volcán y una guerra.
Una legislatura donde se ha transitado por terrenos desconocidos y donde, pese a los errores cometidos, el balance es ciertamente positivo. Y no lo digo yo, lo dicen todos los indicadores sociales y económicos.
Hoy se pone en liza el continuar en la senda de las mejoras sociales o caer en recortes, limitaciones y perdidas de derechos. Porque no lo dude, la ultraderecha de PP y VOX viene con la guadaña en la mano para recortar cualquier cosa que huela a avance social o concordia.
Ya han avisado que quieren alargar la edad de jubilación, que el crecimiento del salario mínimo no puede seguir subiendo, que las pensiones hay que recortarlas y modificar el sistema actual de reparto por la mochila austríaca, que no deja de ser un plan privado que la gran mayoría no podrá pagarse, o eliminar las leyes LGTBI, de igualdad o del aborto.
Quieren imponer un estado pseudopolicial donde sean ellos quienes decidan por todos los ciudadanos y ciudadanas. Y eso, a mi entender es un riesgo que no podemos asumir. No debemos asumir.
El amigo del narco no puede ser presidente del Gobierno de España
Me niego a ver en como presidente de mi país a uno de los mejores amigos de un narcotraficante confeso y juzgado por la justicia. Me repugna ver la hipocresía y cinismo con el que el gallego trata este asunto quitándole importancia a esa relación.
La droga que introdujo Marcial Dorado en Galicia mató a miles de gallegos, y me atrevo a decir que a decenas de miles de españoles dado que su red de distribución era inmensa.
Este país no puede asumir eso de que “cuando le conocí era contrabandista no narcotraficante”. Es un disparate. Es como decir que cuando le conocí era malo, pero no tan malo. Era un delincuente, del que presumió de amistad y se benefició de los privilegios obtenidos a golpe de dinero sucio procedente de la droga. ¿O es que acaso los barcos en los que se paseaba o las comilones en los mejores restaurantes a los que fue invitado no estaban pagadas con dinero sucio?.
Marcial Dorado le decía a Jordi Évole en una entrevista “que no escape, que sea valiente” en relación al gallego y añadía “duele, duele, porque si duermes en mi casa, si mi mujer te hace el desayuno a ti… mi mujer no es que sea la criada de nadie”, en relación a la negación de su amistad.
Vota progreso
Hoy debemos votar progreso. Debemos reafirmar a una coalición de gobierno que, siendo la primera en la historia de nuestro país y con errores a las espaldas, ha conseguido que España crezca, avance y conquiste derechos sociales nunca antes pensados.
Debemos votar por un gobierno, que vemos, palpamos e identificamos. Y que sabemos la línea que quiere mantener. Además de que cuenta con la ventaja de que el motor ya ha hecho el rodaje, está mejor engrasado, y eso, si o si se va a notar en la próxima legislatura.
Así que desde esta humilde bitácora te pido que pienses bien lo que votas. Las “madresmías” de después o el arrepentimiento de lo votado no servirá de nada si no acertamos. Piénsalo bien.
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