Porque hay luz al final del túnel. Se atisba un claro y cálido resplandor tras tantos años de oscuridad y sectarismo. Esa centelleante luz corresponde a un gobierno serio con un presidente que se tome en serio los problemas reales del millón y medio de habitantes de la Región de Murcia
Dentro de tres semanas se decidirá el futuro de nuestra región para los próximos cuatro años. El próximo 28 de mayo tendremos que acudir a las urnas para decidir sobre quienes gestionaran en el ámbito municipal y autonómico.
Ese domingo, habrá que decidir entre dos opciones fundamentalmente. Volver a dar el poder a aquellos que lo llevan haciendo durante los últimos 28 años y han arrastrado a la Región a la ruina, con los peores índices que se recuerdan en los últimos cuarenta años, destruyendo el medio ambiente a pasos agigantados, y que alimentan a su red clientelar un día si y al otro también, o bien dar la oportunidad a una alternativa progresista.
Ya lo dijo Inés Arrimadas en el 2019, “28 años de PP son demasiados”. Allí comenzó el principio del fin de su partido al incumplir con la palabra dada. Aquel compromiso de que Cs no apoyaría la reedición del gobierno del PP inició una debacle que concluirá en las próximas elecciones con la desaparición del partido del espectro político.
Pero volviendo a lo que nos ocupa, la Región de Murcia se merece un futuro. Puede y debe elegir un cambio que nos aporte garantías de poder mirar más allá de las narices de los que actualmente gobiernan y permita vislumbrar un horizonte sin nubarrones.
Un proyecto de Región donde no existan las graves y acentuadas desigualdades que existen hoy en día provocadas por los tratos de favor de los actuales dirigentes. Un lugar donde poder asegurar un futuro a los nuestros sin que dependa del nivel de renta.
Votar, votar y votar
Creo sinceramente que en eso debemos pensar a la hora de decidir a quién votar. Es fundamental que se visualice el hartazgo hacia formas de gobernar autoritarias y déspotas que solo benefician a los que más tienen. No puede ser que un presidente de una comunidad autónoma se tire toda una legislatura hablando más de lo de fuera de la Región y que no afecta a los ciudadanos y ciudadanas.
Merecemos un equipo de gobierno que sepa gestionar y que no se dedique a facilitar contratos a sus amiguetes. Que no oculte la información pública y dificulte el acceso a ella para esconder sus desmanes. Porque no olviden que este Gobierno de López Miras lleva desde diciembre sin publicar el detalle de los contratos menores, verdadero agujero negro por donde se van cientos de millones de euros.
La sociedad de la Región de Murcia debe lograr un que sus mandatarios sean transparentes. Que no escondan sus miserias bajo el manto de la publicidad institucional con la que riegan a los medios de comunicación para, en muchos casos, tenerlos comiendo de su mano.
Otra Región es posible
Necesitamos una Región donde no haya un tercio de su población en riesgo de pobreza, la sanidad tenga suficientes profesionales y no tenga listas de espera interminables, las ratios en los colegios sean aceptables, donde el 98% de la población se beneficie de las medidas fiscales y la contratación pública no se reparta entre las empresas amigas de la red clientelar.
Porque hay luz al final del túnel. Se atisba un claro y cálido resplandor tras tantos años de oscuridad y sectarismo. Esa centelleante luz corresponde a un gobierno serio con un presidente que se tome en serio los problemas reales del millón y medio de habitantes de la Región de Murcia.
Necesitamos un cambio, porque estoy convencido de que otra Región es posible, y para ello es necesario salir a votar en masa el próximo 28 de mayo. Yo lo voy a hacer, ¿y tú?