Cuando un candidato solo le queda la mentira para poder intentar convencer a sus electores, demuestra que representa a un proyecto acabado y sin futuro
Llegó la campaña electoral y con ella los compromisos que los distintos candidatos asumen para convencer a la ciudadanía de que su opción política es la mejor para la Región.
Es fundamental que esos compromisos sean serios, concretos y creíbles. La ciudadanía está cansada de los anuncios de cartón piedra y las ventas de humo a la que nos tienen acostumbrados en esta región los que llevan gobernando casi 28 años.
Además, en estos cuatro años hemos podido ver, en directo y televisado para toda España, como el egoísmo y el ansia de poder a cualquier precio, ha dañado de manera muy grave la imagen de la Región de Murcia.
Que nadie olvide que las malas artes de López Miras y su banda propiciaron el mayor caso de transfuguismo político que se recuerda en la historia de nuestra democracia. Y también debemos recordar que el transfuguismo es corrupción. Y en todos los ámbitos, pero especialmente en el público, la corrupción debe estar vetada y vedada.
Llegados a este punto hemos podido comprobar, como hemos ido contando a lo largo del más de año de vida de LasNoticiasRM, los desmanes que los actuales gobernantes del PP han realizado del dinero público.
Contratos a medios de comunicación sin cobertura en la Región, contratos menores de difícil justificación, dinero público repartido entre empresas amigas, colocación a dedo de los amiguetes y sus familiares, o el incumplimiento constante de los compromisos presupuestarios adquiridos, entre otros.
Por estas informaciones, el Gobierno regional que preside Fernando López Miras, ha mantenido vetado a este humilde digital, negando respuesta y acceso a información pública, que para otros medios, perfectamente regados con dinero público y en algunos casos hasta controlables, era de fácil acceso.
Este Gobierno regional ha instaurado la mentira y la manipulación como herramienta de uso diario, sin que hasta la fecha, ninguno de los poderes económicos de esta Región les haya parado los pies. Porque no se engañe, esa mentira y manipulación les afecta a empresarios, agricultores, profesionales, y en general a toda la ciudadanía.
Entrevista fake
Un resumen de lo que han sido estos últimos cuatro años en la Región de Murcia bien podría ser la entrevista concedida al programa de Ana Rosa Quintana esta pasada semana por parte de López Miras.
El Partido Popular haría bien de guardarse la entrevista y ponerla como ejemplo de lo que no hay que hacer en directo para toda España. Y es que nuestro flautero presidente se dedicó a mentir, pero no con medias verdades. Nada de eso. A mentir con todas las de la ley,
Tanto fue el descaro que desde los colectivos vecinales vinculados a la protección del Mar Menor difundieron una serie de vídeos donde evidenciaban las falsedades que López Miras había soltado por su boquita, esa que en otro tiempo usaba para tocar la flauta dulce.
Desde decir que el año pasado el Mar Menor estaba fantástico y que todo el mundo pudo comprobar la mejora de sus playas hasta afirmar si ruborizarse que a día de hoy “no llega ningún vertido de la actividad económica o social al Mar Menor”.
Y el muchacho se quedó tan ancho. Seguro que hasta le dieron una palmadita en el hombro por el excelente trabajo. Hasta me apuesto algo a que el asesor de turno le soltó algo del tipo “muy buena entrevista presi, con dos o tres como esta no necesitamos elecciones”.
Y todo dicho en directo, a toda España, en unos de los programas de más audiencia de las televisiones del país.
Cuando un candidato solo le queda la mentira para poder intentar convencer a sus electores, demuestra que representa a un proyecto acabado y sin futuro.
¿Alguien cree que se sonrojó tras decir estas barbaridades? No. Pero es lo que hay. La mentira no resta en esta Región que lleva años pidiendo a gritos un cambio, aunque solo sea para probar otra forma de gobernar y de gestionar los recursos públicos.
Las últimas encuestas dan la razón a lo que dije hace tan solo dos semanas
Hace apenas dos semanas publiqué en mi artículo dominical que el PP manejaba una encuesta interna que le daba entre 15 y 18 diputados, haciendo viable un gobierno progresista en la Región de Murcia en las horquillas más bajas del sondeo.
Por supuesto desde las filas populares se lanzaron como lobos a desmentir la información y tachar de bulo lo afirmado por este humilde ‘juntaletras’.
Pero como el tiempo suele poner a cada uno en su lugar, las últimas encuestas aparecidas esta semana (aquí y aquí), muestran que estaba en lo cierto, y que la información a la que había tenido acceso era totalmente real.
Y es que en el Partido Popular hay mucho descontento con la actual dirección, a la que tacha de “autoritaria y dictatorial”, incluso en las altas esferas del núcleo duro. Y fueron varios de esas personas las que me comentaron sobre el sondeo interno.
En el PP están nerviosos. Se siente y se palpa en el ambiente de la sede popular. Se van a lanzar a la desesperada en los próximos quince días para intentar que el golpe no sea tan grande, pero ojo, que el lobo de la ultraderecha está ahí devorando voto popular. Cuidado no vaya a haber sorpresas importantes.
La Región tiene otra oportunidad de cambio
Los ciudadanos de la Región de Murcia acudirán a las urnas el próximo 28 de mayo y volverán a tener la oportunidad de elegir cambio. Tienen en su mano dejar atrás 28 años de corrupción, redes clientelares y de la mayor ineficaz gestión que se recuerda en un gobierno regional.
En 2019 fueron mayoría los que mandataron ese cambio. Pero las malas artes y compra de voluntades del Partido Popular, con la inestimable ayuda del defenestrado Albert Rivera, lo impidieron. 2023 puede ser el año para consolidar ese cambio. Salgan a votar. Voten lo que quieran, pero háganlo. No se queden en casa.
Votar es un derecho constitucional que hoy entendemos natural pero que hasta cuatro días no estaba disponible para toda la ciudadanía. Ejerzan su derecho. Acudan y llenen las urnas de votos.
El cambio es posible, pero es necesario que nadie se quede en casa. Voten, voten, voten.
