Entre las principales conclusiones del informe, es el aumento de los niveles de contaminación de partículas, ozono troposférico y dióxido de nitrógeno, según los valores de la OMS, como consecuencia del aumento de la movilidad y la actividad económica e industrial
La contaminación tiene su origen en la actividad humana, concretamente el tráfico y la industria unida a episodios naturales de intrusión de polvo sahariano en los últimos meses
Ecologistas en Acción ha presentado su Informe sobre la Calidad del Aire en la Región de Murcia durante 2022, en colaboración con la Cátedra de Derechos Humanos y Derechos de la Naturaleza de la UMU.
En la presentación del informe han intervenido:
Mª Teresa Vicente, Profesora titular de Filosofía del Derecho de la Universidad de Murcia, y que preside la Cátedra de DDHH y DDNN. Sobre la interconexión entre el medio ambiente, la salud pública y los derechos humanos.
Ana García Albertos, Presidenta de Ecologistas en Acción de la Región Murciana. Sobre el valor de estos informes sobre la calidad del aire en nuestro territorio.
Pedro Belmonte Espejo, Portavoz del Área de calidad del aire de Ecologistas en Acción Región Murciana. Presentando las principales conclusiones del informe y las propuestas de la organización ecologista.
El informe, ha sido elaborado en base a los datos oficiales, y de acceso libre que ofrece la red de estaciones medidoras de la calidad del aire de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Según los valores límite de la OMS, se ha producido un ascenso de la contaminación de partículas (PM10 y PM 2.5), de ozono troposférico (O3) y dióxido de nitrógeno (NO2) que se han convertido en contaminantes estructurales en el territorio.
Asistimos a un deterioro progresivo de la red regional de vigilancia atmosférica que se ha quedado obsoleta, lo que demanda la renovación urgente y planificada de la red de estaciones medidoras. Su obsolescencia se refleja en la cantidad de incidencias y fallos. Se requiere también su ampliación en número de estaciones, y en número de estaciones que miden contaminantes como el amoniaco, los metales pesados o las partículas finas PM 2,5.
En los últimos meses ha habido un aumento de episodios continuados de intrusión de polvo sahariano. En octubre, varias estaciones de la red han tenido cuatro días seguidos de superaciones. En el caso paradigmático de Lorca, durante el mes de octubre tuvo 11 días seguidos (17 al 27/10/22) de superaciones del valor límite de la normativa estatal y de la OMS, con un pico de 72,94 microgramos/m³ el 20 de octubre. La estación de San Basilio en Murcia ha registrado durante siete días seguidos (29/12/22 al 04/01/23) superaciones de los valores límite de protección de la salud humana de partículas PM10, de la normativa estatal y de la Organización Mundial de la Salud, con un pico de 82,84 microgramos/m³ el 1 de enero.
La ganadería industrial gana protagonismo en la región como la segunda zona de España en contaminación por amoniaco de origen ganadero, principalmente de la ganadería porcina.
Se mantiene la problemática de las quemas agrícolas, tanto las de restos vegetales como las quemas anti-heladas, con una legislación mucho más permisiva.
Las zonas necesitadas de un mayor control son las del Puerto de Cartagena (cruceros, graneles), las áreas cercanas a los grandes polígonos industriales de Cartagena (Valle de Escombreras y La Aljorra) y de Alcantarilla (polo químico), y la dispersión aérea de los suelos contaminados de la Sierra Minera.
A la vista de los resultados del extenso informe, Ecologistas en Acción de la Región Murciana reitera las alertas y reivindica para la región:
- Una revisión y mejora los protocolos anticontaminación que se usan en Murcia, Cartagena y Lorca.
- La elaboración del Plan estratégico de Mejora de la Calidad del Aire de la Región de Murcia 2023-2027, en el que se contemple un plan específico para el ozono troposférico.
- El desarrollo de Planes de Movilidad Sostenible y Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en Murcia, Cartagena, Lorca y Molina.
- Una mayor transparencia y mejor información a la ciudadanía de los niveles de contaminación reales a los que nos exponemos.
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