Batalla judicial en el TSJ para el reconocimiento del pastel de carne murciano como patrimonio inmaterial BIC

En la mañana de hoy ha tenido lugar en la sala de lo contencioso administrativo del TSJ de Murcia la declaración de pasteleros artesanos, y del ganador del último concurso regional del pastel de carne, para defender la importancia y las tradiciones de elaboración artesanal de este plato murciano con siglos de historia

Huermur reprocha a la Consejería de Cultura que continúe oponiéndose tozudamente  a que el pastel de carne murciano sea reconocido como Bien de Interés Cultural BIC de carácter inmaterial, como ya lo son la sidra asturiana o la paella valenciana desde hace pocos meses

La entidad conservacionista lamenta que el Ayuntamiento de Murcia ni se haya personado aún en la causa para apoyar y defender esta iniciativa sobre el patrimonio inmaterial tan beneficiosa para el municipio, pese a ser plenamente consciente de todos los trámites realizados y en curso

Los pasteleros le han mostrado a Huermur la necesidad de que el Día del Pastel de Carne vuelva a celebrarse en la plaza de la Catedral, y que los pasteles que se repartan ese día sean verdaderamente artesanos y de calidad como originariamente se hacía en esta singular fiesta de municipio

La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) ha comunicado que en la mañana de hoy lunes ha tenido lugar en la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Murcia TSJ la declaración de pasteleros artesanos, y del ganador del último concurso regional del pastel de carne, para defender la importancia y las tradiciones de elaboración artesanal de este singular plato murciano con siglos de historia, y para apoyar la iniciativa que insta a que el pastel de carne murciano sea reconocido como BIC inmaterial.

Huermur critica el rechazo injustificado del Gobierno Regional a la declaración y reconocimiento del pastel de carne murciano como Bien de Interés Cultural BIC de carácter inmaterial, pese a que las raíces de este plato se hunden en la Edad Media y cuentan incluso con unas ordenanzas para su elaboración, dictadas en 1695 por el rey Carlos II. No se entiende que desde la CARM se niegue la singularidad de este manjar que es una de las señas de identidad del pueblo murciano, cuya técnica de elaboración y receta se remontan siglos atrás y solo se encuentra en el municipio de Murcia, cuyo consumo es característico en festividades, eventos y encuentros sociales y familiares.

La entidad conservacionista recuerda que la sidra asturiana, o la paella valenciana desde hace pocos meses, sí que cuentan con este reconocimiento y declaración como patrimonio cultural, por lo que no es de recibo que un plato tan murciano y con tantos siglos de historia y tradiciones como el pastel de carne no siga el mismo camino que en otras comunidades autónomas donde si valoran su gastronomía, historia y tradiciones. “El Gobierno Regional no se puede quedar atrás, y debe reconocer y valorar la gastronomía de su propia tierra”, señalan.

Otro ejemplo de la importancia del pastel de carne murciano es su aparición en obras maestras de la pintura española, como por ejemplo en el cuadro de Murillo “Niños comiendo pastel” pintado entre los años 1670 y 1675, y que  se conserva actualmente en el Alte Pinakothek de Munich (Alemania). También es significativa, indican desde Huermur, la descripción que realizó el escritor y periodista José Martínez Tornel, que en 1876 fue nombrado archivero del Archivo Municipal de Murcia, cuando describió en el año 1894 el Pastel de Carne Murciano. Una descripción que continúa siendo fiel a la realidad de lo que hoy es este exquisito manjar de los murcianos.

Huermur remarca ante todos los antecedentes históricos del pastel de carne y su importancia cultural, que la negativa de la Consejería de Cultura a la solicitud planteada por el presidente de Huermur, Sergio Pacheco, fue realizada de forma unilateral por el Gobierno, en un tiempo récord, y sin incoar el debido expediente BIC donde se pudiera tramitar y decidir debidamente si el Pastel de Carne en merecedor o no del reconocimiento como patrimonio inmaterial BIC. En ese expediente, señala Huermur, se tenían que haber pedido los correspondientes informes consultivos a las reales academias de historia y bellas artes, al ICOMOS, o a la Universidad de Murcia, como refleja la legislación de patrimonio cultural y la cuantiosa jurisprudencia al respecto. Algo que no se hizo, y que es lo que ahora se solicita al TSJ.

La entidad conservacionista lamenta que el Ayuntamiento de Murcia, con el alcalde Serrano a la cabeza, ni se haya personado aún en la causa para apoyar y defender esta iniciativa sobre el patrimonio inmaterial tan beneficiosa para el municipio de Murcia, pese a ser plenamente conscientes de todos los trámites realizados y en curso. “No entendemos cómo el Consistorio no se ha personado en este juicio para apoyar algo tan murciano como el pastel de carne. En la vía administrativa previa ni aparecieron tampoco, es lamentable”, señalan desde Huermur.

Además, existe una serie de elementos que están vinculados al pastel de carne, como las pastelerías tradicionales o las plazas y lugares públicos vinculados con la ubicación de las pastelerías más antiguas y con la tradición de la elaboración del manjar. Entre estos enclaves destaca la plaza de las Flores, mientras que entre las pastelerías más emblemáticas se encuentran -Bonache elabora el pastel murciano desde 1828-, Zaher, Espinosa o Maite, entre muchas otras.

En este mismo sentido, los pasteleros le han mostrado a Huermur la necesidad de que el Día del Pastel de Carne vuelva a celebrarse en la plaza del Cardenal Belluga junto a la Catedral, y que los pasteles que se repartan ese día sean verdaderamente artesanos, de calidad y elaborados por los maestros pasteleros allí mismo, como originariamente se hacía en esta singular fiesta de municipio desde su inicio en 2009.

Por último, se ha pronunciado el presidente de Huermur, Sergio Pacheco, señalando que: “El pastel de carne murciano ha terminado en los tribunales por la tozudez y arbitrariedad de la Consejería de Cultura, por lo que ahora todo está en manos del TSJ. La historia y el tiempo pondrá a cada uno en su lugar, y de ellos depende la forma en la que se recuerde todo esto dentro de décadas o siglos”.